viernes, 14 de agosto de 2015

Estamos jugando: Star Wars Al filo del Imperio. Huida de Mos Shuuta I

Saludos!!

Estoy siguiendo varios blogs de la comunidad rolera, como "petrificación o polimorfia" o "albinusrol", entre otros. Me lo estoy pasando muy bien y estoy aprendiendo muchas cosas, casi todas para mejorar la dirección de mis partidas (lógico y normal, pues me da por dirigirlas ahora que casi tengo que jubilarme).

Me pareció buena idea compartiros la aventura y el avance de la misma en una serie de "Estamos Jugando ...". Ya sé que me vais a llamar "poco original", "copión", ... Está bien, lo asumo, así soy de vago. No obstante me parece una forma muy sana de compartir la evolución de la aventura, además de una forma de enriquecimiento con vuestros comentarios.

Bueno, sin más, paso a narraros la introducción que le he dado al juego. En próximas entregas, los acontecimientos sucedidos hasta la fecha. Trataré de señalar todos aquellos elementos que he añadido para mejorar (a mi parecer, con lo que eso significa, sobre todo de desastroso) la aventura y el desarrollo de la misma.


¡Qué proffeshioná ...!

Huida de Mos Shuuta (introducción).

Amanece en la ciudad de Mos Shuuta. Uno de los soles de Tatooine ya asoma por el este cuando un grupo de cinco personajes sale por la puerta trasera del palacio de Teemo el Hutt, en dirección a la cantina. La calle está desolada. Dos figuras envueltas en grandes capas oscuras se ven en la entrada de un edificio al otro lado de la calle. Voluminosas, ambas figuras comparten mirada y lo que parece algún tipo de lenguaje nasal-gutural. Son dos gamorreanos. Después de conversaciones secretas, recelos, engaños, trabajos coaccionados, amenazas, vejaciones, ..., después de haber trabajado en condiciones peor que lamentables para esa sabandija de Teemo, cinco intrépidos tienen la oportunidad de escaparse y no a cualquier precio. Será el precio que Teemo ponga a sus cabezas. Ya se ajustarán cuentas con Teemo. Pero tendrán que esperar. El Hutt no se encuentra en la ciudad porque anda cerrando un trato con el imperio. Así lo ha constatado el bothan del grupo, que ha trabajado como informador para Teemo durante el último año, ganándose su confianza, nunca su respeto. Así, ni el imperio ni la guardia personal de éste estarán en la ciudad en las próximas horas. Además, con la excusa de apoyar a la banda de gamorreanos que Teemo utiliza para cobrar sus impuestos en la ciudad, el mercenario wookie, el segundo de a bordo en el grupo, no ha viajado con el séquito, se ha quedado en tierra. Los gamorreanos son la única patrulla de Teemo que queda en la ciudad, y se han adelantado y han entrado en la cantina para hablar con el propietario, un humano ajado por las horas de trabajo en la cantina y de carácter curtido. Humilde, pero no tonto. Él y el wookie se conocen. La mejor opción será emboscar a los gamorreanos en la cantina, el camarero no dirá nada, también ha sufrido la presencia de Teemo por mucho tiempo, y luego robar una nave, para salir de esta ratonera de ciudad, a buscarse la vida, como hasta ahora, con una diferencia, la libertad de trabajar para ellos mismos.


Por la tarde, el sol pega menos (al menos uno de ellos)

Después de sabotear la computadora del palacio, un droide espera una señal para que el grupo avance en dirección a la cantina. Un trapo sucio de grasa envuelve toda la figura metálica a modo de capa. El viento y la arena se cuela por los circuitos del droide AK-R32, y el aire silba al atravesarlo. El técnico de confianza del Hutt acaba de piratear las comunicaciones. Durante unas horas, Teemo estará ciego sobre lo que ocurra en Mos Shuuta. A su manera, el droide sonríe. Sabe que la salida que ha proporcionado al grupo es una trampa segura, una señal inequívoca de chantaje, pero merece la pena. El plan es sencillo. Deben aprovechar esta burbuja para robar la nave de Trex el trandoshano, la cual está atracada en el muelle norte. "El Colmillo de Krayt" ha parado en Mos Shuuta para reparaciones urgentes, y su dueño no se ha levantado aún. Él y Dan, un contrabandista, también al servicio de Teemo, estuvieron rompiendo la noche y acabando con todas las existencias de licores que Teemo tiene en su despensa. Lo que Trex no sabe es que el único que se emborrachó fue él. Tonto. Es la oportunidad de Dan. Él pilotará la nave. Ese Teemo se lo tiene merecido. No importa cuántos esfuerzos gaste Teemo en buscarlos, esa nave servirá para escapar de sus garras y Dan será su piloto. Después de que Teemo averiguara la relación de Dan con la alianza rebelde, le fue fácil poner a éste a su servicio en un lugar tan apartado del conflicto como Tatoonie mediante chantaje, las casualidades de la vida. Ha conseguido que Dan pusiera su vida en riesgo en incontables ocasiones. Sin embargo, hace algunos meses Teemo volvió a cruzar la raya, y demostró una vez más que su sed de poder y de control no tiene límites. Acusó a Dan de haber extraviado un cargamento de kryll, lo que le llevó a un enfrentamiento directo y público en su palacio con Dan. Harto ya, Dan ha ido trazando este plan, poco a poco, al que se han ido uniendo otros miembros del clan del Hutt, hastiados de la figura de éste. Casualidades de la vida (o no).


Un poco más oxidado que el Halcón, y menos tuneado



Kella, otra buscavidas, corelliena, acabó sirviendo a Teemo como prospectora en diferentes planetas como Ryloth. Conoce Mos Shuuta como la palma de su mano, y odia a Teemo con tanta fuerza como la fuerza y la necesidad que la empuja a salir del palacio y de su control. Va a guiar al grupo hacia el muelle, y más allá. Quién sabe en qué mundos tendrán que refugiarse mientras no sean capaces de enfrentarse a Teemo en condiciones. Pero eso no importa ahora. Ahora, la premisa es vivir. Su radar está a punto. Bajo su traje de camuflaje, desgastado de tanto uso, apenas perceptible bajo la arena que arrastra el abrasador aire de Tatooine, un bláster cargado. Sin señales de naves en kilómetros. Sólo los gamorreanos en la entrada de la cantina. Dentro, un par más. Cierra los ojos. Algo pasa por su interior, como una voz, suave, cálida. “Es el momento”, le dice. “Confía en tus instintos, te guiarán bien”. – Ahora- Dice ella, - y que la fuerza os acompañe.


Si me tocas, me chivo



Llega el momento, los cinco avanzan hacia la puerta de la cantina. En sus manos, pistolas y rifles blásters, algunas municiones (menos de las que quisieran). Nerviosos, pero confiados. Los gamorreanos han detectado su marcha hacia la puerta. Notan que algo está pasando. Se inquietan, comienzan a hablar a trompicones, sus cuerpos se mueven con la misma torpeza que sus palabras, mueven sus cabezas a un lado y a otro, no saben qué hacer. De pronto, PFIUUUUU PFIUUUUUU!!!!! Todo el grupo mira para el wookie, ¡su bláster impactó en ambos! Ya no hay vuelta atrás. Entremos en la cantina!!!!

Hasta la próxima entrada!! Saludos y que la fuerza os acompañe!!


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